"Tanto en Maquis como en Pensión Conchita con registros estilísticos dispares, este teatro de Cuende no es teatro histórico. Libérrimo en el lenguaje y libérrimo también en el uso de recursos, lo que le interesa es la provocación de la conciencia ética. Utiliza anacronismos para evidenciar la maldad sin fin o la estulticia intemporal. Para él, la palabra es imagen, arma arrojadiza, provocación y travesura." -- Text de la contracoberta